lunes, 14 de febrero de 2011

Quiero

Que alguien me pregunte cómo estoy sin que forme parte de un conformismo, o sea, que lo pregunte de verdad y, a su vez, poder responderle; abrirme.
Comprender que la vida es un ciclo y que no todos éstos tienen un ida y vuelta, que se termina, que somos peones efímeros en un juego de ajedrez eterno en el que siempre nos toca perder y, una vez comprendido ésto, hacer que no duela.
Preguntar "¿Qué nos pasó?" y que alguno de todos los destinatarios tenga una respuesta lógica y con puerto a una solución, por más loca que ésta parezca.
Aprender a perdonar, a agachar la cabeza y decir "Tenés razón"; que me den la mano sin importar antecedentes y caminar así, libre de todo peso.
Quiero saber por qué, ni más ni menos.
Quiero saber qué necesito, cómo conseguirlo, el precio que tengo que pagar.



Tenerte acá, no sangrarte.
Volver a Lanús, y que esté tu almohada.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

lunes, 26 de octubre de 2009

Pequeñas vivencias de una vida anterior

Todos tienen su propio infierno y, ay!, allí ninguno juega a Dios. ¿Porque insistís en crear? El tiempo todo lo consume, conformate con mantener lo inútil que tenés y soña con ser feliz de una puta vez! Los viejos años en colores no se destiñen de tu mente y eso te encanta. Resignate a aquellos días, te cruzaste con un viejo lobo y (como todo lobo) no se va sin llevarse lo mejor de vos.
¡Cuidado! De vez en cuando y, a pesar de que te duela e ignores, él vuelve. No a robarte (ya no precisa nada de vos), sino a recordarte que sigue ahí, tan expectante a saltarte a tu preciada yugular como de sonreírte con su mejor cara de póquer y decirte "Bienvenida", y así devolverte al pozo ciego del que creíste escapar sin peaje.
Pero sin embargo, seguís aquí, tan hermosa como la luna que dibuja su contorno... debe ser que, aunque te pese (y ningún gil de terciopelo te aligeraría la carga), te encanta recordar.
Tanto te encanta que recordás aquella noche.. tenías dos sombras y una sola bala. Jaja, mataste a tu pobre ave de una sola ala (infeliz, 2 metros y se la ponía contra la pared) y de la oscuridad latente nació tu karma. ¿Qué paradoja no? Mataste a tu salvación (al fin pudo volar de verdad y gratis) y ahora no podés sacarte de la cabeza ese sonido sordo, hueco, casi efímero.

¡Bang! El fin y el principio de todo.

jueves, 2 de julio de 2009

Historia de una superación.

Se levantó de su cama pensando que abrigo ponerse, aunque ahora que lo piensa bien, hace tanto que no sale que no sabría decir a ciencia cierta qué temperatura hace como para poder elegir correctamente la indumentaria. Sus 24 abriles solamente se le notaban cuando sufría algún tipo de preocupación y sus arrugas en la frente salían a la superficie. Luego de varios titubeos y pasarelas de moda (y creo que más de uno me va a entender..), Luna agarró las llaves y salió a navegar.
Descendió suavemente por la escalera con la gracia que la caracterizaba. Sentir la brisa en su rostro le hizo reflexionar sobre todos los meses de hospital, rehabilitación, auto-encerramiento y demás.. reaccionó a tiempo para esquivar un transeúnte y darse cuenta que llegó a la plaza. No sabía bien, pero alcanzaba un estado de paz inigualable sentada allí, sin ninguna otra preocupación alrededor.
Sentada, con su libro en manos y la copa del árbol sobre la cabeza, se sintió plena. Festejó la elección de un sueter liviano, no necesitaba más, hasta que sucedió lo que quería y no se podía evitar. "Si no existe la memoria todo lo nuestro es suicida" dice la frase de un popular grupo argento, y todos sabemos cuánta verdad hay encerrada en esas 10 palabras. Todavía guardaba el recorte en un cajón del departamento, y todas las imágenes en su retina...
La facilidad que tiene la raza humana para auto-flagelarse es increíblemente fuerte: "Si hubiera reaccionado antes; si me hubiera quedado en casa quizás..."; pero después de tanto tiempo de ayudo se autoconvenció de que la vida se tiene que vivir y que siempre el destino va a encontrar una vuelta para poder cumplirse a si mismo. Aunque Luna seguramente no podrá olvidar nunca que su pobre víctima falleció besando el asfalto, recapacitó en que no ganaba nada llorando encerrada en su cuarto, que la vida está para vivirla hasta que nos suelte la mano y que nadie iba a ser capaz de negarle ésto.
Cuando cruzó la calle, sin ver que el auto venía a una marcha acelerada; en medio del empedrado escuchó la bocina y vió, en cámara lenta, como se iba acercando las dos ruedas delanteras hacia ella mientras se iban paralizando uno a uno sus músculos, pensando en las paradojas de la . No voy a contarles que pasó su vida delante de sus ojos porque ni ella lo sabe en realidad, pero cuando superó el shock y el conductor se acercó a preguntarle si estaba bien, advertirle que tuviera más cuidado al cruzar y que por suerte sus frenos andaban bien, finalmente pudo salir de su limbo personal y sentirse feliz..



Supo que todo, por fin, iba a andar bien.

En casa hay dos vinos
(si prometés que no te enamorás).



miércoles, 1 de julio de 2009

Jealousy


Y ya nada va a ser lo mismo; ¿pretendés que lo sea? Entrás con la misma auto-suficiencia a la oficina y yo veo como me voy desvaneciendo en aquel sillón de terciopelo marrón.


No te voy a pedir por favor, no seas necia.. tampoco voy a rogarte para que me digas la verdad (¡me gustaría tanto verla sangrar de tu alma!). Te mordés esos pequeños labios en busca de calmar el nerviosismo que tanto se te nota, pero no hay caso, ya descifré tu jugada: buscás que, en un ataque de celos y curiosidad, pregunte por la tan ansiada noche y no tengas más remedio que confesarlo todo y liberarte de esa carga que te pesa, echándome la culpa por ser un metiche que no puede superar años de pelea por un corazón.


No, no, las cosas no van a ser así. Quiero ver como la exasperación roza tu lóbulo de locura y, ya sin poderte detener, confieses para que yo pueda "perdonar" un acto que va más allá de todas mis capacidades u obligaciones hacia vos; un acto que vos misma elegiste hacer a sabiendas de mi reacción. Pero te voy a perdonar, si, obligándote a que me supliques de rodillas y, ahí, en pleno acto de amor (y con tus labios contra mis labios), te obligue a atarte con cadenas de adamantio a mi y ser felices hasta que la eternidad nos abandone dos metros bajo tierra.

Pero sabemos lo que somos solo después que lo comprobamos; nunca un libro va a ser más práctico que la vivencia. Sino, ¿cómo explicás que una vez que ocurrió la tan ansiada confesión, tomé mi campera y me fui para no volver?





¿Cómo puede ser que seamos la única raza que, aunque ya conozcamos el comienzo, la trama y el desenlace, sigamos sorprendiéndonos de éstos?

viernes, 1 de mayo de 2009

Lo importante es no sangrar demasiado




Ahora es hora de suposiciones: ¿Qué hubiera cambiado si se hubiera quedado en su costado izquierdo de la cama? ¿Actuó mal? ¿Acaso no debemos ser todos dueños del final (de nuestro final)? En el terrero de las suposiciones hay mil mundos, con mil finales y con mil recuerdos, pero (según él) con una sola persona.


La pared se le fue achicando a medida que se dió cuenta que su espacio lo abarcaba todo. Su sombra lo siguió marginando de la realidad hasta que, pobre él, tuvo que conformarse con su triste destino: la soledad fue una de las más fieles compañeras en la vida. No hay ginebra que alcance para lo cruel que le deparó su arcoiris; ahora se divierte viendole la cara a Dios desde su nube.


En su infinito apartamento (si, ya sin él todo toma sobre-dimensión) se cansó de dejar mensajes para que un idiota se quede pensando en él; para que toda la culpa de su existencia quede encerrada en esa sombra que lo abandonó tan pronto como comprendió que sin ella no podía vivir (o, quizás, se dió cuenta cuando ya no era suya). Y ella se divierte (y nunca divertirse estuvo tan cerca de la desesperación) buscandolo para explicarle que la vida es así; tiene alegrías, tristezas, amores, destierros, momentos inolvidables y situaciones donde clavarse una gilette no es la mejor solución. Que ella no tenía porque ser su única base de pulsiones de vida, que su existencia era suya y que todos los ángeles tienen dos alas para volar solos.














Preguntar si quedó destrozado sería lo mismo que preguntarle "Si un árbol se cae en medio del bosque.. ¿hace ruido?"; no sabría responder a ninguna de estas dos cuestiones, porque nunca estuvo ahí.