miércoles, 18 de febrero de 2009

Fantasía & Realidad

Otra tarde más en la calle camino al bar platense. Bar que lo acuño desde joven bacteria de la sociedad. Otro día merecía olvidarse. Entrando con todas las miradas encima y con unas pocas monedas, se pidió la cerveza tradicional de siempre. Aquel bar, antiguo club que supo tener su equipo infantil de fútbol, ahora era solamente el antro de algunas almas baratas que se contentaban con un poquito más de alcohol en las venas. Sin rumbo fijo, “El Chino” paraba en el bar cada tanto, sobre todo cuando faltaba el mango y había que comer (se recurría al argentinismo puro, a veces 33 de mano te sacan de pobres).
El Chino, pasemos a hablar de este personaje de mirada fría pero de corazón audaz. Era un trabajador bastante honesto, siempre la calidad ante todo (un monstruo más de la calle, nadie entraba como salía de su esquina). Tenía huellas en su piel marcadas a fuego. No paraba de laburar a menos que algo de plomo lo detuviera (esto se hacia cada vez menos frecuente a medida que iba tomando poder en su barrio). Podía llegar a ser demasiado meticuloso y exigente en el amor, pero recordaba que él era un pobre diablo y desistía en la búsqueda de esa mujer “fatal” y salía con cualquier mina que pareciera sencilla a los ojos simples. A pesar de todo, alguien se había atrevido a quererlo, logró domar su ansías y le apagó toda su sed.
Ella, ángel de primer mundo, caritativa y simpática. Nunca disparaba si no era necesario, demasiado piadosa. Supuso que no estaría mal cuidar otro ser, y abrigo al Chino con todo su calor.
En esa época él fue feliz de verdad y no le importo nada más. Intento dejar su trabajo pero cada vez venía mas clientela barata que no paraba de dejar buena guita. Si, el pobre diablo de decisión equivocada cambió trabajo por amor, cambio infortunio por alegría, cambió arco iris de colores por el cielo. Por un momento ella lo entendió y supo contener a su diablo y guiarlo, sin éxito en su propósito.
Pobre nuestro querido diablo de lengua capaz, se creía un dios. Tan así se creía que no vio mas allá de su ego sentimental al escuchar un mensaje diciendo que tenían que hablar. Pensando en que hacía tiempo sin un cruce de miradas y seguramente lo echaba de menos se preparó para el encuentro. Luego del baño, el perfume y demás (sin poder quitar esa dulce fragancia que enturbia los sentidos), buscó algunos paquetes (siempre confiando en un cliente casual) y se largó a la cita.
Repito lo mismo, se creía un dios. Demasiada fue la impresión que se llevó cuando escuchó la verdad. Sus ojos no escuchaban, sus oídos no hablaban, su boca no miraba bien. ¿Acaso era a él al que le acababan de decir que no funcionaba más? ¿Estaría volando? Podría, pero al ver la cara de su ángel supo que era cierto. ¿Porque? ¿Como? Tan Dios se creía que dejo de lado sus sentimientos y escupió mentiras amargas solamente por despecho. Volvió en sí cuando escucho que su idea de vida no era al lado de un simple comerciante. Quiso terminarlo ahí para no mentirse peor, media vuelta y a correr. Reaccionó al oír un “Chau, hasta nunca”. Ahí volvieron los recuerdos, todo el amor que ella le supo dar y el no aprovechó. Sintiendo que se rompían las cadenas de su expresión, no le dio vergüenza gritarle al mundo que la amaba, que “sin vos me empiezo a ahogar”.
Lastima que no lo escucho. Leyendo este final creo que tal vez hubiera cambiado el desenlace, pero en esta historia de fantasía y realidad no hay lugar para finales felices.
El Chino, ya lo describimos, era demasiado honesto. Logró cumplir su promesa.
Aquella noche, su cuerpo apareció tirado en el umbral, con sus sentidos en jaque y junto con los desechos de su fuente de dinero.


Comunicado Del Hospital:

03.42: Entra a las instalaciones el paciente Nº 234.548 encontrado por la policía en aparente estado de ebriedad.
03.49: Se presentan fallas en el paciente. Se realizan intentos de reanimación.
03.52: Desisten en dichos intentos al no encontrar respuesta positiva. El paciente muere a las 03.51.
03.54: En la autopsia se descubre que se debió a un paro cardiorrespiratorio. No presentaba antecedentes.
15.11: Al no encontrar ningún familiar que reclame los restos, se deciden utilizar sus órganos en pacientes con probabilidades de vida.
21.34: Se procede al entierro del paciente Nº 234.548. Se cierra su ficha médica.

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