lunes, 16 de marzo de 2009

Dependiente

Estoy frágil ; pasan mis horas entre minutos tristes y segundos desolados. Suelo desencontrarme con una astuta facilidad y el humo me confunde, me noquea y me gana el round. Quedo tendido, no tengo fuerzas para más. Pasa la gente por esta gran ciudad y nadie se detiene o en su defecto me pasan por encima, sin importar cuantas lastimaduras posee mi cuerpo (o lo hondo de éstas..). Reconozco; tuve miedo de que fueras la dueña absoluta de mis días, el simple hecho de ser un "dependiente" nunca me agradó, solía valerme por mi mismo y no precisar de nadie. Pero, ¿qué hago ahora que todo mi costado psicológico depende de tu humor? No comprendo y menos lo entiendo, pero acepto. Acepto que sos la base de mi felicidad hoy en día; acepto que sos una de las pocas personas que necesito conmigo sin queja o retención alguna; acepto (y siempre lo hice) que sos mi princesa en este reino de cartón, tan frágil como mi corazón, pero tan lleno de vos que es incapaz de desmoronarse. Todavía no entiendo como pasó todo esto, pero hay algo que estoy seguro: siempre tuve razón, NADA sucede porque sí, y hasta la nada trae su consecuencia.
Te pido por favor: levantame que estoy ciego (o, quizás, siempre lo estuve).

Yo pongo el mapa, pero vos mia mor .. vos guiame.

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